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miércoles, 13 de mayo de 2020

Un enfoque a la revisión de la patología de la placenta


Resumen y traducción por Jaime Barrios Nassi MD ESP GINECO OBSTETRICIA -  EPIDEMIOLOGÍA - GERENCIA - 2020

Un enfoque a la patología placentaria - 2018


 T. Yee Khong, Eoghan E. Mooney, Sanne J. Gordijn, Terry K. Morgan y Peter G. J. Nikkels 


 El primer relato histórico del estudio de la placenta fue publicado por Boyd y Hamilton [1].  La placenta lleva el nombre de su forma, que se asemeja a un pastel plano, a una placa, de la palabra griega plakoús. Mossman la describió anatómicamente como una aposición de tejidos fetales y maternos con función fisiológica de intercambio.  De vida útil limitada,  dura solo el embarazo.


 1.1 Razones para examinar la placenta

 La patología placentaria proporciona una autopsia del embarazo.  Hay muchas razones para un examen patológico de la placenta, la principal de las cuales es explicar los resultados del embarazo.  

La información de dicho examen puede tener implicaciones importantes para el manejo de embarazos posteriores, además de ofrecer una comprensión de la fisiopatología de cualquier resultado adverso del índice de embarazo.  

Sin embargo, no es práctico realizar un examen patológico de cada placenta y, en la mayoría de las instituciones, solo los embarazos complicados conducen a su estudio patológico, produciendo un déficit en el conocimiento y caracterización completa de las placentas "normales".  

Las indicaciones para el examen patológico se pueden dividir en términos generales en: 1. materno, 2.fetal / neonatal y 3. placentario.

Hay otras razones para investigar la placenta.  Con contribuciones genómicas paternas y maternas, es un tejido semi-alogénico que debe evadir parcialmente el sistema inmunitario materno.  En los embarazos de donantes de óvulos, o subrogados, es totalmente alogénico, pero con fetos saludable, lo que indicaría su valor en estudiar  las implicaciones de esto en los trasplantes de órganos sólidos [2, 3].  

La proliferación controlada, la migración y la infiltración de células trofoblásticas, que se derivan desde el trofoblásto y desde las puntas de las vellosidades de anclaje, hasta la decidua materna y el miometrio superficial y especialmente en las arterias de estas estructuras, son un evento necesario para una placentación exitosa;  la placenta puede también generar metástasis de sincitiotrofoblasto a los pulmones maternos.  Lo que serviría en estudios del cancer.[4, 5].

 Las influencias placentarias no se limitan a la duración del embarazo.  Cada vez más, los epidemiólogos están interesados ​​en estudiar la placenta e investigar cómo afecta el bienestar a largo plazo tanto de la madre como de su hijo.  Se cree que la llamada "programación del desarrollo" de la organogénesis fetal y la función cardiovascular materna conduce a una variedad de enfermedades en los adultos [6].

 También existe un imperativo médico-legal para examinar la placenta.  Como "diario de embarazo", puede revelar respuestas que de otra manera no se podrían recuperar.  En casos de causa desconocida de resultados adversos, especialmente neurológicos, la placenta puede ayudar a explicar el estado del entorno intrauterino y sus consecuencias [7].  

El aumento de la prevalencia de anormalidades placentarias y del cordón en niños posteriormente diagnosticados con parálisis cerebral subraya la importancia de solicitar histología placentaria en todos los casos en que el bebé se entrega en mal estado [8].


1.2 Desafío diagnóstico

 Hasta hace poco, la placenta es poco revisada en patología y de los  tejidos menos descritos.  Dado que la patología placentaria proporciona información sobre el embarazo, generalmente su estudio no afecta directamente el manejo de la paciente, pero esperamos que esto mejore, y mejore nuestra comprensión de la fisiopatología subyacente para muchas complicaciones del embarazo, incluidos los grandes síndromes obstétricos más comunes (parto prematuro, preeclampsia, restricción del crecimiento fetal y muerte fetal).  

El informe de patología en el manejo del paciente es deficiente  [9], y los patólogos a menudo están insuficientemente preparados para reconocer patrones clínicamente significativos [10].

 Las razones por las cuales la placenta se percibe como un órgano difícil de examinar y para proporcionar un informe patológico no están claras. 

 Pueden estar relacionados con el propio órgano, con los contextos clínicos y con el patólogo (tabla 1.1).

Tabla 1.1 Posibles motivos de dificultad en el examen de la placenta

La placenta es un órgano que se desarrolla en el transcurso del embarazo y sus características macroscópicas y macroscópicas cambian durante ese período de tiempo.  Es importante reconocer estas diferencias para no malinterpretar los hallazgos.  Los contextos clínicos también son importantes: los embarazos con un resultado adverso pueden tener placentas muy normales y, por el contrario, las placentas anormales pueden no estar asociadas con ninguna complicación prenatal o postnatal materna o neonatal.  

Se pueden ver varias características con una condición clínica, mientras que la misma característica se puede ver en varias condiciones o contextos clínicos.  La importancia clínica de las lesiones identificadas puede depender también de la ubicación de las lesiones o de su tamaño en relación con el tamaño de la placenta.

 La reproducibilidad entre observadores entre patólogos perinatales / placentarios y entre ellos y otros patólogos anatómicos puede ser pobre.  Si bien la falta de estandarización de los criterios de diagnóstico ha sido un problema [10], se puede esperar que los desarrollos recientes [11] mejoren la calidad de los diagnósticos en esta área.


 1.3 Un enfoque para examinar la placenta

 Ningún enfoque para un examen patológico de la placenta es más o menos válido que otro, aunque los resultados y la comparabilidad de los estudios se basan en un enfoque estandarizado para el muestreo y el examen.  A diferencia de otros tejidos y órganos donde su examen generalmente dará como resultado un único diagnóstico,

 El examen placentario a menudo no da como resultado un diagnóstico único.  Más a menudo, es necesaria una síntesis de los diversos hallazgos en las diferentes partes de la placenta, a saber, cordón umbilical, membranas, placa coriónica, parénquima placentario y superficie materna / placa basal, para llegar a una opinión o diagnóstico.  
(Figs. 1.1 y 1.2).



 Fig. 1.1
 Características o lesiones en las membranas extraplacentarias y el cordón umbilical.  




Fig. 1.2 Características o lesiones en el disco placentario.  



 Este enfoque topográfico se utiliza para el examen macroscópico e histológico.  Saber qué características o lesiones deben buscarse en los diferentes compartimentos de la placenta debe eliminar razonablemente las omisiones.  

Algunas lesiones patognónicas, como los  depósitos  de fibrina perivillosa, pueden verse en un solo compartimento.  Otros, como la infección del líquido amniótico, pueden tener una característica que se puede distribuir en diferentes compartimentos, mientras que otras lesiones, como la mala perfusión vascular materna, pueden tener diferentes características distribuidas en diferentes compartimentos.

 La información clínica es absolutamente necesaria para interpretar las anormalidades en la placenta.  

Puede proporcionar pistas para buscar lesiones a medida que las lesiones se agrupan con algunas condiciones clínicas [12], pero a menudo falta información clínica en los formularios de solicitud que acompañan a la placenta para el examen de la placenta [13].  

Una evaluación exhaustiva y metódica de la placenta garantizaría que no se pierdan tales lesiones agrupadas, y que las lesiones no relacionadas con la información clínica proporcionada tampoco se pierdan.

 1.4 Significado patológico clínico

 La simple catalogación de los diversos hallazgos placentarios no es en sí misma útil para los médicos.  Lo que es importante para el clínico y para el paciente es qué significan las lesiones para ellos y qué deben hacer al respecto [14].  

Es esencial que los hallazgos placentarios se correlacionen con los datos clínicos.

 La estandarización de los criterios diagnósticos de las lesiones placentarias es un primer paso importante hacia la comunicación efectiva de los hallazgos de los exámenes placentarios a los médicos.  

La falta de nomenclatura internacionalmente aceptada ha llevado a que las lesiones idénticas se llamen de manera diferente, mientras que las variaciones o desviaciones de las características prototípicas de la lesión han llevado al uso de etiquetas más descriptivas.  

Estas etiquetas de diagnóstico pueden ser confusas para los médicos que encuentran que los informes placentarios son difíciles de comprender y difíciles de comprender.  

Incluso donde la lesión se describe claramente para ser entendida, el umbral donde la lesión se vuelve crítica a menudo se desconoce.  Sin embargo, debe recordarse que las correlaciones clínico-patológicas no son estáticas sino que son móviles, y los desarrollos clínicos pueden cambiar el umbral de importancia diagnóstica.  Como ejemplo, la villitis crónica se asoció con ganglios basales y lesión en el tálamo en recién nacidos a término con encefalopatía neonatal hipóxico-isquémica, pero no después de la introducción de hipotermia terapéutica (tabla 1.2) [15, 16].


 La evaluación de la patología placentaria es útil solo si se puede comunicar a los médicos de una manera que sea comprensible y fácil de usar para ellos.  La calidad de los informes de patología placentaria puede ser variable [17].  

Los informes sinópticos o los informes estructurados pueden mejorar la calidad de los informes al garantizar que no se omitan los datos esenciales (explorados más a fondo en el capítulo 57).  

Los obstetras encontraron informes de que clasificar la enfermedad placentaria en procesos patológicos amplios [18] mejoraría la interpretación [19].

 Las implicaciones clínicas de los hallazgos del examen placentario se discuten en los capítulos individuales, pero su síntesis en un informe clínico es crítica (discutida en el cap. 56).  

Como se mencionó anteriormente, los hallazgos placentarios macroscópicos y microscópicos son contextuales y deben colocarse en el contexto del embarazo y de la placenta.  

La estandarización de la nomenclatura será una contribución invaluable, permitirá que se comparen los estudios de prevalencia entre poblaciones y la evaluación comparativa de la contribución placentaria a diversas complicaciones del embarazo.  

Entre paréntesis, la importancia de los hallazgos placentarios puede estar sesgada porque casi todos los estudios se han realizado en poblaciones de conveniencia y no en grandes poblaciones no seleccionadas [20], aparte del gran Estudio Colaborativo Perinatal que desde entonces se han descrito nuevas lesiones placentarias.  

No hay estudios que correlacionen la enfermedad placentaria con el seguimiento a largo plazo y la falta de estudios de cohortes para determinar realmente la probabilidad de recurrencia de las lesiones y sus asociaciones.

No se han realizado estudios que examinen los valores predictivos positivos o negativos de las entidades histopatológicas placentarias individuales.  Gran parte de la literatura actual en patología placentaria se basa en la opinión de expertos y estudios de casos o cohortes [21].  

El desafío ahora es utilizar la nomenclatura estandarizada y los estudios de toda la población para proporcionar evidencia de alto nivel para validar el valor predictivo y pronóstico del examen placentario.
 Es esencial aceptar que existen brechas significativas en el conocimiento entre la instantánea en el tiempo examinado en el momento del parto y la fisiopatología subyacente.  Un hígado cirrótico explantado no explica la causa de la cirrosis más que el corazón en etapa terminal, o la patología renal no explica el efecto de por vida de los factores de riesgo sistémicos.  

Lo mismo es cierto para la placenta y los vasos sanguíneos maternos que alimentan la placenta.  Actualmente, la mayor parte de lo que sabemos proviene del proceso de la enfermedad en etapa terminal o de las muestras de interrupción temprana del embarazo que no están relacionadas con los resultados del embarazo.  

Lo que se necesitan son nuevos enfoques para controlar la salud del útero durante la gestación y relacionar estas métricas con los resultados del embarazo.  

Los enfoques novedosos que utilizan imágenes de resonancia magnética pueden proporcionar información sobre la anatomía y la función placentaria [22], mientras que los perfiles bioquímicos y las proporciones calculadas actúan como sustitutos de la función placentaria [23,24].

 1.5 El futuro
 La próxima generación ya ha desafiado el concepto del microbioma de la placenta como estéril [25], y, aunque puede ser especulativo en esta etapa, la aplicación de esta técnica puede identificar perfiles genómicos, metabólicos, de transcripción y de proteínas.  en diferentes subconjuntos de complicaciones del embarazo.  

Las nuevas tecnologías como la evaluación cuantitativa del flujo sanguíneo uteroplacentario [26] y las biopsias líquidas de la placenta también pueden generar nuevos conocimientos.  

Además, a pesar de las diferencias entre los humanos y los modelos animales de embarazo, este tipo de estudios puede ser valioso para generar hipótesis que luego pueden volver a convertirse en investigación placentaria humana.

 Referencias

1. Boyd JD, Hamilton WJ. The human placenta. Cambridge: Heffer and Sons; 1970.
2. Hasson J, Tulandi T, Son WY, et al. Reproductive outcomes of familial oocyte donation. Fertil Steril. 2016;106:1696–702.
3. van der Hoorn ML, Scherjon SA, Claas FH. Egg donation pregnancy as an immunological model for solid organ transplantation. Transpl Immunol. 2011;25:89–95.
4. Holtan SG, Creedon DJ, Haluska P, Markovic SN. Cancer and pregnancy: parallels in growth, invasion, and immune modulation and implica- tions for cancer therapeutic agents. Mayo Clin Proc. 2009;84:985–1000.
5.Piechowski J. Trophoblastic-like transdifferentia- tion: a key to oncogenesis. Crit Rev Oncol Hematol. 2016;101:1–11.
6. Barker DJ, Thornburg KL. Placental programming of chronic diseases, cancer and lifespan: a review. Placenta. 2013;34:841–5.
7. Chang KT. Examination of the placenta: medico- legal implications. Semin Fetal Neonatal Med. 2014;19:279–84.
8. MacLennan AH, Thompson SC, Gecz J. Cerebral palsy: causes, pathways, and the role of genetic vari- ants. Am J Obstet Gynecol. 2015;213:779–88.
9. Khong TY, Ting M, Gordijn SJ. Placental pathology and clinical trials: histopathology data from prior and study pregnancies may improve analysis. Placenta. 2017;52:58–61.
10.Sun CC, Revell VO, Belli AJ, Viscardi RM. Discrepancy in pathologic diagnosis of placental lesions. Arch Pathol Lab Med. 2002;126:706–9.
11. Khong TY, Mooney EE, Ariel I, et al. Sampling and definitions of placental lesions: Amsterdam placental workshop group consensus statement. Arch Pathol Lab Med. 2016;140:698–713.
 12. Stanek J, Biesiada J. Clustering of maternal-fetal clin- ical conditions and outcomes and placental lesions. Am J Obstet Gynecol. 2012;206:493.e1–8.
13. Spencer MK, Khong TY. Conformity to guidelines for pathologic examination of the placenta. Arch Pathol Lab Med. 2003;127:205–7.
14. Redline RW. The clinical implications of placental diagnoses. Sem Perinatol. 2015;39:2–8.
15. Frank CM, Nikkels PG, Harteman JC, et al. Placental pathology and outcome after perinatal asphyxia and therapeutic hypothermia. J Perinatol. 2016;36:977–84.
16. Harteman JC, Nikkels PG, Benders MJ, et al. Placental pathology in full-term infants with hypoxic- ischemic neonatal encephalopathy and association with magnetic resonance imaging pattern of brain injury. J Pediatr. 2013;163:968–95.e2.
17. Khong TY, Gordijn SJ. Quality of placental pathology reports. Pediatr Dev Pathol. 2003;6:54–8.
18. Turowski G, Berge LN, Helgadottir LB, Jacobsen E-M, Roald B. A new, clinically oriented, unifying and simple placental classification system. Placenta. 2012;33:1026–35.
19. Walsh CA, McAuliffe FM, Turowski G, Roald B, Mooney EE. A survey of obstetricians' views on pla- cental pathology reporting. Int J Gynaecol Obstet. 2013;121:275–7.
20. Sebire NJ. Implications of placental pathology for disease mechanisms; methods, issues and future approaches. Placenta. 2017;52:122–6.
21. Marchevsky AM, Wick MR. Evidence-based medi- cine, medical decision analysis, and pathology. Hum Pathol. 2004;35:1179–88.
22. Chen B, Duan J, Chabot-Lecoanet AC, et al. Ex vivo magnetic resonance angiography to explore placental vascular anatomy. Placenta. 2017;58:40–5.
23. Leavey K, Benton SJ, Grynspan D, et al. Gene mark- ers of normal villous maturation and their expression in placentas with maturational pathology. Placenta. 2017;58:52–9.
24. Weel IC, Baergen RN, Romao-Veiga M, et al. Association between placental lesions, cytokines and angiogenic factors in pregnant women with pre- eclampsia. PLoS One. 2016;11:e0157584.
25. Parnell LA, Briggs CM, Cao B, et al. Microbial communities in placentas from term normal preg- nancy exhibit spatially variable profiles. Sci Rep. 2017;7:11200.
26. Roberts VH, Lo JO, Salati JA, et al. Quantitative assessment of placental perfusion by contrast- enhanced ultrasound in macaques and human sub- jects. Am J Obstet Gynecol. 2016;214:369.e1–8.
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jueves, 2 de abril de 2020

martes, 17 de marzo de 2020

Biomarcadores de diagnóstico para predecir los resultados adversos del embarazo temprano

Resumen y traducción de 
“Biomarcadores de diagnóstico para predecir los resultados adversos del embarazo temprano”

Documento de Impacto Científico No. 58 del RCOG 

Autor: M. Memtsa.
Resumen y traducción: J. Barrios Nassi

1. Antecedentes

La Organización Mundial de la Salud define un biomarcador como "cualquier sustancia, estructura o proceso, que pueda medirse en el cuerpo e influir o predecir en la incidencia de resultados o enfermedades". 

Los biomarcadores más utilizados para predecir el resultado han sido la gonadotropina coriónica humana (hCG) y la progesterona del suero materno.

La exploración transvaginal (TV) revolucionó el diagnóstico de complicaciones del embarazo temprano, sin embargo, la ecografía depende del operador y la calidad del diagnóstico depende de su habilidad y experiencia. 

Un biomarcador que ayuda a determinar con precisión la ubicación o la viabilidad de una gestación temprana podría usarse para reducir la incertidumbre clínica  de los casos de "embarazo de ubicación desconocida" (PUL). 

El término "PUL" describe a una mujer clínicamente estable que se presenta con una prueba de embarazo positiva, pero sin evidencia de embarazo intra o extrauterino en eco TV. 

Un biomarcador podría distinguir a aquellas mujeres que necesitan ser tratadas con urgencia, ya sea quirúrgica o  con medicamentos.

El biomarcador ideal debe ser consistente, preciso, económico y utilizable en el momento de la atención. Un biomarcador confiable debería reducir no solo la incertidumbre clínica, sino también la carga emocional de los problemas del embarazo para la mujer y su familia.

El desarrollo de biomarcadores para uso clínico generalmente se divide en cuatro fases:

  1. exploración preclínica
  2. desarrollo de ensayos clínicos
  3. evaluación de la capacidad predictiva en un estudio retrospectivo
  4. validación en un entorno prospectivo.

Una amplia investigación sobre varios biomarcadores novedosos ha arrojado resultados variados en el diagnóstico de complicaciones precoces del embarazo. Los biomarcadores descritos en la última década no son particularmente útiles y aún queda mucho trabajo por hacer antes de que un nuevo biomarcador pueda utilizarse de forma única.

Este Documento de Impacto Científico discutirá las controversias que rodean el uso actual de biomarcadores y su posible uso futuro.

2. Gonadotropina coriónica humana (hCG)

La hCG sérica materna y, en particular, su subunidad β-hCG es el biomarcador más utilizado en la práctica clínica habitual para la evaluación de mujeres con sospecha de complicaciones en el embarazo temprano. El nivel de β-hCG está directamente relacionado con la cantidad de vellosidad  trofoblástica activa, sus niveles se duplican cada 1.4-1.6 días(36h) desde el momento de la primera detección hasta el día 35 del embarazo, y luego cada 2.0-2.7 días (58h) hasta el día 42 del embarazo.

Los niveles de β-hCG se miden habitualmente en los casos en que los hallazgos de la ecografía no son diagnósticos. Sin embargo, una sola medición del suero materno β-hCG es de valor limitado debido a la amplia gama de niveles en el embarazo temprano normal. Como resultado, no ha sido posible definir un nivel de corte por debajo del cual se pueda diagnosticar un aborto espontáneo de manera confiable. 

Se había propuesto que en mujeres para quienes no se puede confirmar un embarazo intrauterino durante la eco TV, una sola medición de β-hCG en suero por encima de 1000-2000 UI / l podría ser indicativa de un embarazo ectópico. Sin embargo, desde entonces se ha demostrado que hasta en un 78% de las mujeres con embarazos ectópicos visibles en la ecografía, los valores séricos de β-hCG estaban por debajo de 1000 UI / ( 1,6, 7). Sin embargo, en muchas mujeres con embarazos intrauterinos normales, el embarazo no pudo detectarse en la ecografía a pesar de los niveles séricos iniciales de β-hCG superiores a 1000 UI / l., esto se da sobre todo en mujeres con embarazos múltiples. En estos casos la adopción de los niveles de corte de β-hCG podría conducir a la iatrogénica interrupción médica o quirúrgica de los embarazos intrauterinos deseados.

Las mediciones seriadas de β-hCG son más útiles en el diagnóstico. Se ha demostrado que los tiempos de duplicación más lentos de los niveles de β-hCG se asocian con un aborto espontáneo, mientras que se ha establecido que en el 66% de los embarazos ectópicos hay un aumento o disminución subóptima de β-hCG durante 48 horas. Sin embargo, en el 15-20% de los embarazos ectópicos y en el 8% de los abortos espontáneos, el perfil de β-hCG imita el de un embarazo intrauterino viable. Como resultado, no es posible determinar con precisión la ubicación y la viabilidad del embarazo en función de los cambios en el patrón de β-hCG.

La medición sérica de β-hCG todavía se usa ampliamente en el tratamiento del embarazo ectópico. Los avances en la tecnología de ultrasonido y la alta sensibilidad de las últimas pruebas de embarazo en orina han llevado a un aumento en el diagnóstico de embarazos ectópicos en una etapa más temprana del desarrollo. Como resultado, se ha recomendado el manejo expectante y los niveles séricos de β-hCG en la presentación inicial utilizándose en la selección de pacientes para el manejo expectante versus el manejo quirúrgico, así como en el monitoreo del progreso hasta la resolución completa. De manera similar, en las mujeres que optan por el tratamiento médico y en aquellas diagnosticadas con un embarazo ectópico que se han sometido a una salpingostomía, los niveles séricos de β-hCG se utilizan para controlar la reabsorción de cualquier trofoblasto residual.

Mola Hidatiforme

Los niveles de su subunidad β (β-hCG) en suero y / u orina materna se han utilizado ampliamente desde la década de 1970 en el seguimiento de Molas hidatiformes después de la evacuación quirúrgica. Tanto las molas hidatiformes completas como las parciales han sido diagnosticados cada vez más con ultrasonido al comienzo del embarazo, la mediana de la edad gestacional para el diagnóstico de Mola completa disminuyó en las últimas dos décadas de 12 a 9 semanas de gestación. El diagnóstico por ultrasonido de Mola completa es preciso, pero el diagnóstico de molas parciales siempre ha sido más difícil ya que los cambios hidatiformes son menos pronunciados y a menudo hay un feto o restos fetales. 

El diagnóstico diferencial entre el Mola parcial y el aborto espontáneo que se presenta con edema velloso, secundario a la retención prolongada del tejido de la placenta después de la muerte embrionaria, es particularmente difícil ya que una Mola parcial puede no tener una β-hCG anormalmente alta. En el Reino Unido, las mujeres con un diagnóstico histológicamente confirmado de mola hidatiforme completa o parcial están registradas en uno de los tres centros regionales de investigación para monitorear los niveles de hCG en orina que trabajan en detección de la enfermedad trofoblástica gestacional persistente.

3. Progesterona.

La producción de progesterona al inicio del embarazo refleja la interacción entre el trofoblasto y el cuerpo lúteo. Existe una retroalimentación positiva entre el aumento de la β-hCG sérica y la producción de progesterona por parte del cuerpo lúteo. Se ha demostrado que la probabilidad de una falla espontánea del embarazo disminuye al aumentar los niveles de progesterona sérica materna.(16-18).

En general, los niveles por debajo de 20 nmol / l (6 ng / ml) tienen un alto valor predictivo positivo para el diagnóstico de un embarazo fallido. mientras que los niveles superiores a 60 nmol / l (19 ng / ml) están "fuertemente" asociados con un embarazo viable. Un metaanálisis ha demostrado que la progesterona sérica baja está fuertemente asociada con un embarazo fallido y puede ayudar a excluir un embarazo en curso viable. 

En mujeres con un embarazo espontáneo, los síntomas clínicos (dolor y / o sangrado) y el examen de ultrasonido no concluyente, un nivel de progesterona sérica de 6 ng / ml o menos, predice un embarazo no viable con una sensibilidad combinada del 75.6%. 

Una sola medición de progesterona sérica en la visita inicial puede reducir la cantidad de visitas de seguimiento y análisis de sangre necesarios para las mujeres diagnosticadas con un PUL. 

Hay que tener en cuenta la ingestión de progesterona en la paciente antes de indicar el examen, su duración y la dosificación, sobre todo en la Fertilización In Vitro (FIV), por lo tanto, el nivel sérico de progesterona según lo evaluado por los bioensayos de rutina estará alterado por la administración exógena de progesterona y, por lo tanto no es confiable.

4. Otros Biomarcadores

Los biomarcadores que se han examinado al principio del embarazo pueden clasificarse según su origen biológico.

4.1. Marcadores de disfunción de las trompas de Falopio

Los marcadores incluyen creatina quinasa (CK), una enzima liberada después del daño muscular; mioglobina; miosina de cadena pesada del músculo liso; y adrenomedulina (ADM), una hormona peptídica que se cree que está involucrada en la actividad del latido ciliar en la trompa de Falopio.(19-22). La CK se utilizó anteriormente en la práctica clínica para diagnosticar un infarto de miocardio, pero también se ha demostrado que las concentraciones séricas de CK son significativamente más altas en mujeres con embarazo ectópico en comparación con mujeres con aborto espontáneo o embarazo intrauterino viable. Sin embargo, los resultados de estudios posteriores ( 20, 21) han sido contradictorios y se necesita más investigación.

4.2. Marcadores anormales de crecimiento de embriones / trofoblasto.

Estos marcadores incluyen:

  1. La proteína plasmática A asociada al embarazo (PAPP-A).
  2. La β-glicoproteína I específica del embarazo (PSG-I o SP-I).
  3. El lactógeno placentario humano (HPL)
  4. La activina A
  5. La desintegrina; receptor soluble del factor de crecimiento endotelial vascular 1 (sFlt ‐ 1)
  6. El factor de crecimiento placentario (PlGF)
  7.  La metaloproteasa ‐ 12 (ADAM ‐ 12). (20, 21, 23, 24). 

Estos marcadores son producidos principalmente por el trofoblasto velloso y sus concentraciones son más bajas en mujeres con un embarazo ectópico o en aquellas con amenaza de aborto espontáneo que posteriormente abortarán en comparación con aquellos con un embarazo intrauterino viable (23, 24). 

Sin embargo, estos biomarcadores se producen principalmente después de 7 semanas de gestación y su aplicabilidad clínica es limitada. Recientemente, se han evaluado las concentraciones plasmáticas de microARNs (miARN) asociados al embarazo sin células en el embarazo ectópico y se ha demostrado que muestran un patrón de distribución diferente en comparación con el embarazo intrauterino viable (25, 26).

4.3 Marcadores anormales de la función del cuerpo lúteo.

El cuerpo lúteo produce estradiol e inhibina A en respuesta a la hCG, y las concentraciones séricas son más bajas en mujeres con un embarazo ectópico. Sin embargo, la idoneidad de estos biomarcadores se ha cuestionado debido a la considerable superposición en las concentraciones entre los grupos de estudio y muchos datos contradictorios.

4.4 Marcadores de inflamación.

El uso del antígeno de cáncer 125 (CA125) y varias citocinas, como interleucina (IL) ‐6, IL ‐ 8, receptor de IL ‐ 2 y factor de necrosis tumoral ‐ α (TNF ‐ α), PCR como marcadores de inflamación asociados con el embarazo ectópico han sido analizados, pero estos estudios informaron resultados contradictorios con respecto a su valor clínico potencial. En la amenaza de aborto espontáneo, el suero materno CA125 tiene un alto valor predictivo en la identificación de embarazos que 'probablemente continúen' en comparación con hCG y progesterona, mientras que no se encuentran diferencias en los niveles de proteína C reactiva de alta sensibilidad.

4.5 Marcadores uterinos de implantación anormal

Las concentraciones séricas más bajas de factor inhibidor de leucemia (LIF) y glycodelin están asociadas con un mayor riesgo de un embarazo ectópico; sin embargo, se necesita más investigación para establecer su relevancia clínica.

4.6 Marcadores de respuesta angiogénica anormales

El factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) es un factor angiogénico regulado por la hipoxia tisular y se ha demostrado que juega un papel vital en la implantación y la placentación. Se ha demostrado que los niveles séricos de VEGF en mujeres con embarazo ectópico son significativamente más altos en comparación con aquellos con un embarazo intrauterino viable; sin embargo, estos resultados no se han replicado.

5. Opinión

La medición única de β-hCG no se puede utilizar para discriminar entre embarazos intrauterinos y extrauterinos.

Las mediciones seriadas de β-hCG pueden contribuir al seguimiento de pacientes con PUL, y en la planificación y monitoreo del manejo de mujeres con embarazos ectópicos o molares.

Se necesitan estudios prospectivos sobre el uso de hCG para evaluar la incidencia de mola hidatiforme completa o parcial en mujeres que presentan aborto involuntario perdido para permitirles optar por un tratamiento conservador ya que la histología puede no estar disponible en tales casos.

La medición de progesterona única es útil para identificar a las mujeres con PUL que tienen bajo riesgo de complicaciones y, por lo tanto, es posible que no requieran un seguimiento cercano.

Ninguno de los nuevos biomarcadores es lo suficientemente preciso como para ser utilizado en la práctica clínica para el diagnóstico y el tratamiento de las complicaciones del embarazo temprano.
Referencias

Este documento de impacto científico fue producido en nombre del Royal College of Obstetricians and Gynecologists y traducido y resumido por Jaime Barrios Nassi. MD ESP Gineco Obstetricia, Epidemiología y Gerencia.

domingo, 15 de marzo de 2020

Recomendación provisional para la prevención, el control y tratamiento de la infección por coronavirus 2019 (COVID-19) en la paciente Embarazada. 13 Marzo 2020

Recomendación provisional para la prevención, el control y tratamiento de la infección por coronavirus 2019 (COVID-19) en la paciente Embarazada. 13 Marzo 2020

Autor de la guía : Jaime Barrios Nassi, MD Especialista Ginecología y Obstetricia, Epidemiología, Gerencia de Salud



Introducción

El 31 de diciembre de 2019 se presentó (Wuhan-China) el primer informe sobre un grupo de 27 casos de neumonía grave de etiología desconocida, con epicentro en un mercado. Con fiebre, tos seca, disnea y hallazgos radiológicos de infiltrados pulmonares bilaterales (8 de diciembre 2019). El 7 de enero se identifica un nuevo coronavirus como agente causal, denominándose SARS-CoV-2, y la enfermedad se denomina COVID-19.

El período de incubación es de 5 días (2-14 días). La enfermedad afecta principalmente a personas de entre 30 y 79 años, siendo muy poco frecuente entre los menores de 20 años. La tasa de letalidad se estima aproximadamente en el 2% (IC 95% 0,5-4%), con cifras superiores en China y menores en Europa y EE.UU. (1-3%).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece una información actualizada acerca del número de casos y muertes a través de su página web: https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/situation-reports. 

El 80% de los casos identificados se presenta de forma leve, y un 20% puede tener manifestaciones más graves, la mayoría de estos pacientes graves eran mayores de 50 años, tenía comorbilidades como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes o enfermedad respiratoria crónica (6).

En Colombia, los datos son actualizados diariamente por el Ministerio de Salud (https://d2jsqrio60m94k.cloudfront.net).

Respecto a la Infección por coronavirus 2019 durante el embarazo existen muy pocos datos referentes, sin embargo tenemos datos sobre infección por otros coronavirus similares que han ocurrido  (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS-CoV] o el Middle East Respiratory Syndrome [MERS-CoV]), y se pueden extrapolar.

La serie más larga de embarazadas fue descrita durante el brote de 2003 en Hong Kong. Se infectaron 12 mujeres, con una mortalidad del 25% (síndrome de distrés respiratorio agudo [SDRA] en 4, coagulacion intravascular diseminada [CID] en 3, fallo renal en 3, neumonía bacteriana en 2 y sepsis en 2), con un porcentaje de necesidad de ventilación mecánica superior entre las embarazadas que entre las no embarazadas.

Los resultados perinatales fueron diferentes en función del trimestre de embarazo:

– 4 de las 7 infecciones de primer trimestre acabaron en aborto espontáneo y 2 realizaron una interrupción voluntaria del embarazo.

– 4 de las 5 embarazadas de más de 24 semanas tuvieron un parto prematuro (3 cesáreas indicadas por deterioro materno, a las 26, 28 y 32 semanas, con complicaciones posparto como displasia broncopulmonar, perforación yeyunal y enterocolitis necrotizante. 

Los 2 niños que nacieron después de que sus madres se recuperan del SARS tuvieron retrasos de crecimiento intrauterino) y solo 1 dio a luz un feto a término sano.

En ningún caso se demostró la transmisión de madre a hijo.

El embarazo parece empeorar el curso de la enfermedad por SARS-CoV: mayor tiempo de hospitalización, mayor tasa de fallo renal, sepsis, CID, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) (el 40% de las embarazadas requirieron ventilación mecánica frente a un 13% en adultos (p = 0,07) y con mayor letalidad (p = 0,01).

El MERS afecta principalmente a hombres mayores de 50 años, y su tasa de letalidad se estima en un 35-40%.

Se han descrito 13 casos en embarazadas, de los cuales 2 fueron asintomáticos. De los 11 casos con síntomas: 7 ingresaron en la UCI por SDRA, 5 requirieron ventilación mecánica, 3 murieron (23%) entre los 8 y 25 días posparto y 8 se recuperaron.
Los resultados perinatales fueron: los 2 hijos de las mujeres asintomáticas nacieron a término sanos; de los casos sintomáticos: 1 fue óbito intraútero, 1 recién nacido muerto, 1 prematuro de 25 semanas que murió a las 4 horas posparto, 2 prematuros sanos, 5 a término sanos y 1 caso sin datos al respecto.
En ningún caso se demostró la transmisión de madre a hijo.

Efecto del SARS-CoV-2 sobre el embarazo

Existen muy pocos datos disponibles de embarazadas con COVID-19, pero parece que las embarazadas no son más susceptibles de infectarse, de hecho este nuevo coronavirus parece afectar más a hombres que a mujeres.

Los datos que conocemos del SARS y MERS sugieren que en las embarazadas la infección puede ser desde asintomática a causar serios problemas respiratorios y muerte.

Chen y cols. han publicado (12 de febrero de 2020) una serie de 9 casos de infección por SARS-CoV-2 en mujeres embarazadas de tercer trimestre (7).

El cuadro clínico que presentaron fue: en 7 casos fiebre, 4 tos, mialgia en 3, dolor de garganta en 2 y malestar general en 2 casos. En 5 casos se detectó linfopenia y en 3 casos transaminitis. Ninguna paciente desarrolló una neumonía severa por este virus y no hubo ninguna muerte.

Nacieron 9 niños vivos, todos ellos por cesárea. Se detectó sospecha de pérdida de bienestar fetal en 2 casos, pero no hubo ningún caso de asfixia fetal. Todos los recién nacidos tuvieron una puntuación en el test de Apgar de entre 8-9 al primer minuto y entre 9-10 a los 10 minutos.

Las muestras recogidas de 6 de los casos (líquido amniótico, sangre de cordón umbilical, frotis orofaríngeo al recién nacido y leche materna) dieron resultados todos negativos para SARS-CoV-2.

En una segunda serie de 9 embarazadas con 10 niños, publicada por Zhu y cols. (10 de febrero de 2020), los síntomas se iniciaron antes del parto en 4 casos, 2 en el mismo día del parto y en 3 casos en el posparto. La clínica fue similar a las no embrazadas, principalmente fiebre y tos. En 6 casos se detectó alteración del bienestar fetal, 7 fueron cesáreas y 6 niños nacieron prematuros (9).

El síntoma principal de los recién nacidos fue distrés respiratorio en 6, 2 tuvieron fiebre, alteración de la función hepá- tica en 2, 1 caso de taquicardia, 1 caso con vómitos y 1 neumotórax. En el momento de la publicación 5 recién nacidos estaban sanos, 1 había fallecido y 4 permanecían hospitalizados pero estables.

Se recogió una muestra orofaríngea de 9 de los 10 niños y en todos los casos los resultados de la proteína C reactiva (PCR) para SARS-CoV-2 fue negativa. De estas dos publicaciones podemos inferir, a pesar del número limitado de casos, que:

– La neumonía en las pacientes embarazadas no parece ser más grave que en el resto de grupos de población.
– No hay evidencia de la transmisión intrauterina del SARS-CoV-2 en mujeres que adquieren la infección durante el tercer trimestre de embarazo.
– La infección perinatal por SARS-CoV-2 puede tener efectos adversos sobre los recién nacidos, como pérdida del bienestar fetal, parto prematuro, distrés respiratorio, trombocitopenia acompañado de alteración de la función hepática e incluso muerte.

Mecanismo de transmisión

La información disponible sugiere que la infección es zoonótica, pero se desconoce la fuente exacta de infección. Se ha demostrado la infección persona-persona por gotas respiratorias y contacto directo con secreciones respiratorias de forma similar al virus influenza. Al toser o estornudar se exhalan gotitas que se inhalan por los contactos cercanos (menos de 2 metros). No está claro si también se puede transmitir por fómites o si la transmisión fecal-oral también es posible.

Cuadro clínico
El COVID-19 se manifiesta desde síntomas semejantes a un resfriado común hasta un cuadro de insuficiencia respiratoria grave e incluso la muerte.

Las manifestaciones clínicas más frecuentes incluyen fiebre, tos, mialgia, cefalea y diarrea.

La complicación más frecuente es la neumonía y los cambios analíticos más frecuentes son linfopenia, leucopenia y trombocitopenia.

En un 17-29% de los pacientes hospitalizados el cuadro puede evolucionar a SDRA. 3

Según los datos disponibles de 18 embarazadas infectadas por SARS-CoV-2, todas se infectaron en el tercer trimestre del embarazo y todas mostraron cuadros clínicos semejantes a la clínica de los adultos. De estas 18 embarazadas, 16 dieron a luz por cesárea y los recién nacidos no mostraron infección por SARS-CoV-2.

Definición de caso de infección por el SARS-CoV-2

Se considerarán casos en investigación de COVID-19 los que cumplan alguno de los siguientes criterios:


❖ Criterios de caso 1: Paciente con tos y fiebre, con cuadro de Infección Respiratoria Aguda Grave(IRAG), que desarrolla un curso clínico inusual o inesperado, especialmente un deterioro repentino a pesar del tratamiento adecuado, que requiera internación y además que tenga:
a. Historial de viaje o que haya vivido en China o países y áreas con circulación viral confirmada del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas, o
b. Una ocupación como trabajador de la salud u otro personal que labora en un entorno que atiende a pacientes con IRAG con etiología desconocida, o
c. Antecedentes de contacto estrecho en los últimos 14 días con un caso probable o confirmado de infección respiratoria aguda grave por el nuevo coronavirus.

❖ Criterios caso 2: Persona con presencia de al menos dos de los siguientes síntomas más frecuentes: fiebre, tos, dificultad respiratoria, odinofagia o fatiga y además que tenga:
a. Historial de viaje o que haya vivido en China o países y áreas con circulación viral confirmada del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas, o
b. Una ocupación como trabajador de la salud u otro personal que labora en un entorno que atiende a pacientes con IRAG con etiología desconocida, o
c. Antecedentes de contacto estrecho en los últimos 14 días con un caso probable o confirmado de infección respiratoria aguda grave por el nuevo coronavirus.

❖ Criterio caso 3: asintomático que cumple con alguno de los siguientes criterios:
a. Historial de viaje o que haya vivido en China o países y áreas con circulación viral confirmada del nuevo
coronavirus (SARS-CoV-2) en los 14 días anteriores, o
b. Antecedentes de contacto estrecho en los últimos 14 días con un caso probable o confirmado de infección respiratoria aguda grave por el nuevo coronavirus o
c. Vive en el mismo hogar, ser una pareja íntima o brindar atención en un entorno no médico (como un hogar) para una persona con COVID-19 sintomática confirmada por laboratorio sin usar las precauciones recomendadas para el cuidado en el hogar y el aislamiento en el hogar.

 Además, se debe indagar sobre la presencia de alguno de los siguientes antecedentes de salud, considerados factores de riesgo:

- Tener 60 o más años.
Prestar especial atención ya que son quienes pueden presentar un cuadro más severo por infección por SARS-CoV-2.


Otro criterio puede ser cualquier persona que se encuentre hospitalizada por una infección respiratoria aguda con criterios de gravedad (neumonía, SDRA, fallo multiorgánico, shock séptico, ingreso en UCI o fallecimiento) en la que se hayan descartado otras posibles etiologías infecciosas que puedan justificar el cuadro (resultados negativos como mínimo para un panel de virus respiratorios, incluyendo gripe).

Estos criterios deben servir como una guía para la evaluación. Las autoridades de salud pública valorarán conjuntamente con los profesionales asistenciales el cumplimiento de los criterios de forma individualizada.
A efectos de la definición de caso, se clasifica como contacto estrecho:

– Cualquier persona que haya proporcionado cuidados a un caso probable o confirmado mientras el caso presentaba síntomas: trabajadores sanitarios que no han utilizado las medidas de protección adecuadas, miembros familiares o personas que tengan otro tipo de contacto físico similar.

– Cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un caso probable o confirmado mientras el caso presentaba síntomas, a una distancia menor de 2 metros (ejemplo: convivientes, visitas).

– Se considera contacto estrecho en un avión, a los pasajeros situados en un radio de 2 asientos alrededor de un caso probable o confirmado mientras el caso presentaba síntomas y a la tripulación que haya tenido contacto con dichos casos.

Criterio de laboratorio

– PCR de screening positiva y/o PCR de confirmación en un gen alternativo al de screening también positiva. 

Los casos en Colombia de clasifican del siguiente modo:

– Caso probable : cuando cumplan criterios de casos anotados con anterioridad y no se han hecho la prueba de laboratorio.

– Caso confirmado:  cuando es positivo por prueba de laboratorio.

– Caso descartado: caso en investigación cuya PCR en el laboratorio es negativa.

Muestras recomendadas para el diagnóstico

Muestras del tracto respiratorio
– Superior: exudado nasofaríngeo y/o orofaríngeo (igual que para el diagnóstico de gripe).

– Inferior: preferentemente lavado broncoalveolar, esputo (si es posible) y/o aspirado endotraqueal, especialmente en pacientes con enfermedad respiratoria grave. 

En otros países recomiendan que en los casos confirmados se Tomen estas muestras para estudios:

– Sueros: se recogerán 2 muestras de suero, la primera en la fase aguda y la segunda transcurridos 14-30 días para confirmar la presencia de anticuerpos.

– Heces y orina: se recogerán muestras de heces y orina para confirmar o descartar la excreción de virus por vías alternativas a la vía respiratoria.

Pruebas diagnósticas adicionales

– Radiografía de tórax: ante la necesidad de realizar una radiografía de tórax, esta no se demorará por el hecho de estar embarazada.
– Ecografía fetal: se realizarán los controles ecográficos en función de las semanas de embarazo, la gravedad del cuadro clínico materno y el bienestar fetal.
– Registro cardiotocográfico (RCTG): se realizarán los controles de bienestar fetal adecuados a las semanas de embarazo.

Limpieza y desinfección de superficies

El procedimiento de limpieza y desinfección de las superficies y de los espacios en contacto con la paciente se hará de acuerdo con la política habitual de limpieza y desinfección del centro. 

Existe evidencia de que los coronavirus se inactivan en contacto con una solución de hipoclorito sódico con una concentración al 0,1%, etanol al 62-71% o peróxido de hidrógeno al 0,5%, en un minuto. Es importante que no quede humedad en la superficie cercana al paciente. Se pueden emplear toallitas con desinfectante.

Se emplearán los detergentes y desinfectantes habituales autorizados para tal fin (con efecto virucida) y para las superficies se utilizará material textil desechable.

Actuación ante la llegada de una embarazada a urgencias con sospecha de infección por SARS-CoV-2

Debido a la incertidumbre sobre las características de transmisión de este virus, la situación epidemiológica actual y el principio de precaución, estas medidas se irán revisando según se disponga de más información sobre la enfermedad y su epidemiológica:

– El personal sanitario debe establecer de forma rápida si un paciente con infección respiratoria aguda grave (IRAG) cumple los criterios de caso en investigación de SARS-CoV-2.

– Las pacientes que se identifiquen como casos en investigación deberán separarse de otros pacientes, se les pondrá una mascarilla quirúrgica y serán conducidas de forma inmediata a una zona de aislamiento. El personal que les acompañe hasta la zona de aislamiento llevará mascarilla quirúrgica y guantes. Si hay riesgo de contacto con fluidos además debe llevar bata y protección ocular.

– Los casos probables deben ser aislados a la espera de los resultados de las pruebas diagnósticas. Si el cuadro clínico no lo precisa y se puede garantizar el aislamiento domiciliario, estas personas deben permanecer en aislamiento en su domicilio, no siendo necesario un ingreso hospitalario. Debe tenerse en cuenta las semanas de embarazo y los potenciales riesgos para el feto:

- Por debajo de las 24 semanas de embarazo se comprobará la viabilidad fetal y se seguirá el mismo procedimiento que para los demás pacientes.

- Por encima de las 24 semanas se comprobará el bienestar fetal y la paciente seguirá en seguimiento hasta el resultado de las pruebas diagnósticas. El control del bienestar fetal se realizará mediante ecografía y/o RCTG (monitoreo fetal) en función de las semanas de embarazo.

– Los casos probables y los casos confirmados (con síntomas respiratorios o de sepsis)  se ingresarán en un hospital en aislamiento de contacto y por gotas para su estudio y tratamiento. 

Siempre que sea posible, y en especial en caso de realización de maniobras que puedan generar aerosoles, se recomienda aislamiento en habitación de presión negativa. 

El control del bienestar fetal se realizará en función de los criterios obstétricos, en función de las semanas de embarazo.

Equipos de protección para el personal sanitario



– El personal sanitario que atienda a casos probables o confirmados, para infección por SARS-CoV-2 o las personas que entren en la habitación de aislamiento (por ejemplo: familiares, personal de limpieza...) deben llevar un equipo de protección individual (EPI) para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto que incluya:

- Bata antifluido.

- Mascarilla: aunque por el momento no existe evidencia de transmisión aérea se recomienda como
medida de precaución la utilización de mascarilla FFP2.

- Guantes.

- Protección ocular antisalpicaduras.

– En los procedimientos que generen aerosoles, que incluyen cualquier procedimiento sobre la vía aérea,
como la intubación traqueal, el lavado bronco-alveolar, o la ventilación manual, se deberán reducir al mínimo el número de personas en la habitación y todos deben llevar:

- Una mascarilla de alta eficacia FFP2 o preferiblemente FFP3.

- Protección ocular ajustada de montura integral o protector facial completo.

- Guantes.

- Batas impermeables de manga larga (si la bata no es impermeable y se prevé que se produzcan salpi-
caduras de sangre u otros fluidos corporales, añadir un delantal de plástico).

Si hay disponibilidad, se valorará realizar estos procedimientos en habitaciones de presión negativa.

– Se debe cumplir una estricta higiene de manos antes y después del contacto con el paciente y de la retirada del EPI.

Tratamiento

Actualmente no existe un tratamiento específico frente al COVID-19. Basándose en la experiencia previa de brotes por otros coronavirus, actualmente se está empleando en algunos casos y de forma experimental el tratamiento con una combinación de inhibidores de la proteasa (lopinavir/ritonavir) con o sin interferón β, o tratamiento con un inhibidor de la ARN polimerasa (remdesivir)y la cloroquina.

Dado el riesgo potencial del SARS-CoV-2 en las mujeres embarazadas, el tratamiento se basará en la optimización del estado de salud de la madre y el feto con un estrecho seguimiento.

Los principios del tratamiento de la embarazada, al igual que el resto de la población, incluyen:

– Medidas de aislamiento precoz.
– Control de la infección.
– Toma de muestras para el diagnóstico de COVID-19 y otros virus respiratorios.
– Oxigenoterapia si es necesario.
– Evitar la sobrecarga de fluidos.
– Antibioticoterapia empírica si se sospecha coinfección bacteriana.
– Monitorización de la dinámica uterina y el bienestar fetal.
– Ventilación mecánica precoz en caso de deterioro de la función respiratoria.
– Individualizar el momento más adecuado del parto.

El manejo de la mujer embarazada infectada por SARS-CoV-2 debe correr a cargo de un equipo multidisciplinar que establezca el lugar más adecuado para el correcto tratamiento del binomio madre-feto y permita mantener el control y la pronta actuación en caso de deterioro materno o fetal o que se inicie trabajo de parto prematuro.

Los cambios en el bienestar fetal (RCTG) pueden ser un primer síntoma de deterioro materno. Basándonos en la experiencia con el SARS y el MERS las embarazadas pueden tener un fallo respiratorio severo y, en los casos más severos, la ventilación mecánica puede no ser suficiente para conseguir una adecuada oxigenación. En estos casos, y en centros donde se tenga experiencia, la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) podría tener un papel en la embarazada.

Finalización del embarazo

Si la madre no presenta complicaciones no se recomienda desembarazar. En los casos graves, el finalizar el embarazo debe considerarse en función de las semanas de embarazo y de acuerdo con el neonatólogo. La decisión debe ser multidisciplinar.

Se recomienda que la atención al parto se realice en una habitación con presión negativa. Si ello no es posible, la sal de partos debería contar con un sistema de ventilación adecuado. El personal que atienda al parto debe llevar el equipo de protección individual adecuado, que incluye: gorro, gafas, batas impermeables, guantes y mascarillas N95.
Para reducir el riesgo de transmisión vertical, se recomienda el clampaje inmediato del cordón umbilical y evitar el contacto piel con piel.

El documento de consenso para la prevención y el control de la infección perinatal por el SARS-CoV-2 publicado recientemente por un grupo de expertos chinos recomienda a las madres con sospecha o diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 que no realicen lactancia materna hasta que se disponga de más datos acerca de su seguridad (11).

Maduración pulmonar con corticoides

El uso de corticoides para la neumonía asociada al SARS-CoV-2 no parece adecuado, puesto que retrasa la eliminación del virus como el MERS. Sin embargo, el uso de corticoides para la maduración pulmonar fetal puede utilizarse, siempre de acuerdo con el equipo multidisciplinar que atienda a la paciente embarazada.

Recomendaciones sobre viajes a las embarazadas

La recomendación para las embarazadas sería de no viajar a las zonas donde exista transmisión comunitaria del virus.

Los obstetras deben interrogar a las pacientes sobre sus viajes a zonas consideradas como áreas con evidencia de transmisión comunitaria. 

Las áreas consideradas actualmente se pueden consultar en el siguiente enlace: https:// www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/areas.htm.


Cuidado de los niños nacidos de madres infectadas por el COVID-19

Los niños nacidos de madres infectadas por SARS-CoV-2 deben ser considerados como "casos en investigación" y por tanto deben ser aislados del resto.
Contacto madre-hijo.

Se desconoce si los recién nacidos infectados por SARS-CoV-2 tienen o no más riesgo de complicaciones severas. La posibilidad de transmisión de la madre infectada al recién nacido por las secreciones maternas hace que se recomienda separar temporalmente al recién nacido de su madre mientras la madre se considere potencialmente transmisora.

– Los riesgos y beneficios de separar temporalmente a la madre del recién nacido deben ser valorados por la paciente y su equipo tratante conjuntamente.

– Debe adecuarse una habitación para poder aislar al recién nacido mientras se considere un "caso en investigación". Debe limitarse las visitas a la persona que cuida al recién nacido (progenitor sano...), facilitando las medidas de protección adecuadas: bata, guantes, mascarilla, protección ocular.

– La decisión de no separar madre y recién nacido debe ser individualizada, en función de la severidad de la infección, signos y síntomas y de los resultados de los test de laboratorio para el diagnóstico de COVID-19.

Si por algún motivo especial no se pueda separar al recién nacido de su madre, deben considerarse algunas medidas especiales:

- Disponer de ciertas barreras arquitectónicas y colocar al recién nacido a más de 2 metros de distancia de la madre.

- Si la madre debe cuidar del recién nacido, no hay ninguna otra persona que pueda hacerlo, la madre debe usar mascarilla quirúrgica a distancias inferiores a 2 metros y, para cualquier manipulación del recién nacido, usar guantes y realizar higiene de manos antes y después de cualquier contacto con el recién nacido.

Lactancia

Aunque CDC recomienda que se extraiga la leche, previa limpieza de las manos, con un extractor de leche adecuado, y esta leche pueda administrarse al recién nacido por una persona sana. Siempre desinfectando las manos antes de cada toma y colocándose  la mascarilla facial. No se puede descartar la posibilidad de transmisión vertical de COVID-19, por lo que los recién nacidos de madres infectadas no deberían ser alimentados con leche materna hasta que sus madres den negativo para la infección.

Alta hospitalaria

El alta de la madre debe seguir las indicaciones de alta de cualquier persona infectada por COVID-19.

Bibliografía

1. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Preven- ción y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19. Versión de 20 de febrero de 2020. [Internet]. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Documento_Control_ Infeccion.pdf.
2.Lineamientos para la detección y el
Manejo de casos por los
Prestadores de servicios de salud , frente a la introducción del SARS coV2(covid19) en Colombia.
https://www.minsalud.gov.co/Ministerio/Institucional/Procesos%20y%20procedimientos/GIPS05.pdf

3. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Manejo en urgencias y primera atención de pacientes con sospecha de COVID-19. Versión de 19 de febrero de 2020 [Internet]. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Manejo_urgencias_ pacientes_con_COVID-19.pdf.

4. Centers for Disease Control and Prevention [Internet]. Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Disponible en: https://www.cdc. gov/coronavirus/2019-nCoV/hcp/index.html.

5. Centers for Disease Control and Prevention [Internet]. Interim Considerations for Infection Prevention and Control of Corona- virus Disease 2019 (COVID-19) in Inpatient Obstetric Healthcare Settings [Consultado el 29 de febrero de 2020]. Disponible en: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/hcp/inpatient-obstetric-healthcare-guidance.html.

6. Organización Mundial de la Salud. Coronavirus disease 2019 (COVID-19) Situation Report – 40. February 29 2020 [Internet]. Dispo- nible en: https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200229-sitrep-40-covid-19.pdf?sfvrsn= 7203e653_2.

7. Chen H, Guo J, Wang C, Luo F, Yu X, Zhang W, et al. Clinical characteristics and intrauterine vertical transmission potential of COVID-19 infection in nine pregnant women: A retrospective review of medical records. Lancet 2020 [Internet] Disponible en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673620303603. DOI: 10.1016/S0140-6736(20)30360-3.

8. Favre G, Pomar L, Musso D, Baud D. 2019-nCoV epidemic: What about pregnancies? Lancet 2020 [Internet] Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673620303111. DOI: 10.1016/S0140-6736(20)30311-1.

9. Zhu H, Wang L, Fang C, Peng S, Zhang L, Chang G, et al. Clinical analysis of 10 neonates born to mothers with 2019-nCoV pneu- monia. Transl Pediatr 2020;9:51-60 [Internet]. Disponible en: http://tp.amegroups.com/article/view/35919/28274.

10. Rasmussen SA, Smulian JC, Lednicky JA, Wen TS, Jamieson DJ. Coronavirus disease 2019 (COVID-19) and pregnancy: What obstetricians need to know. Am J Obstet Gynecol 2020. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajog.2020.02.017.

11. WangL,ShiY,XiaoT,etal.Chineseexpertconsensusontheperinatalandneonatalmanagementforthepreventionandcontrol of the 2019 novel coronavirus infection (first edition). Ann Transl Med 2020;8(3):47-55.



14. Vigilancia coronavirus , instructivo 2020.


15. Clinical Characteristics of 138 Hospitalized Patients With 2019 Novel Coronavirus–Infected Pneumonia in Wuhan, China. Dawei Wang et al. JAMA. Published online February 7, 2020. doi:10.1001/jama.2020.1585

https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2761044