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lunes, 14 de diciembre de 2020

ADAPTACIÓN AL EMBARAZO

 RESUMEN Y TRADUCCIÓN DEL ARTÍCULO: “ADAPTACIÓN AL EMBARAZO”.

Por Jaime Barrios N





Escrito por FRANCESCA PARISI, ALICE ZAVATTA, ROBERTA MILAZZO e IRENE CETIN y publicado en el libro “New Technologies in Perinatal Medicine 2020”


INTRODUCCIÓN


Durante el embarazo, se producen varios cambios anatómicos y fisiológicos maternos para garantizar el desarrollo adecuado del feto y preparar a la madre para el parto. Estos incluyen cambios cardiovasculares, renales, hematológicos, respiratorios y metabólicos que buscan un mayor suministro de oxígeno y nutrientes a la unidad fetoplacentaria y una mayor protección contra el sangrado propio del  posparto. 


En las últimas décadas se ha demostrado que también  el período de desarrollo intrauterino influye en la vida adulta, principalmente a través de modificaciones epigenéticas que afectan el fenotipo postnatal de los bebés. 


Este concepto establece un nuevo papel a la atención obstétrica, indicando que es útil  para mejorar el estado de salud y disminuir el riesgo de enfermedades crónicas de las generaciones futuras. 


La mala adaptación materna al embarazo puede conducir a trastornos a corto plazo en el desarrollo intrauterino, como un crecimiento fetal anormal, bajo peso al nacer y desarrollo morfológico alterado, y problemas a largo plazo como aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. 


PERÍODO PERICONCEPCIONAL


Poco a poco la priorización de la atención, que antes se daba en sólo el trabajo de parto , luego al tercer y último trimestre del embarazo, ha pasado en la actualidad a priorizar la atención en el primer trimestre del embarazo (inversión de la pirámide de atención), y más aún a la etapa preconcepcional, este enfoque que  se centra al primer trimestre y al tiempo alrededor de la concepción, se conoce como "período periconcepcional", todas las actividades que garanticen la detección temprana, todas las medidas que mejoren el diagnóstico y modifiquen para bien el transcurso del embarazo,  evitaran  los resultados adversos a largo plazo, cómo están demostrando los estudios que se  prolongan a través de la niñez e inclusive de la vida adulta. 


El período periconcepcional representa una ventana de tiempo fundamental desde un punto de vista biológico, comenzando con la maduración de los gametos, pasando por los eventos de fertilización e implantación, y terminando con el desarrollo de las estructuras embrionarias y las primeras etapas de la placentación. Siendo crucial para una adaptación normal al embarazo. Cualquier desviación patológica en este intervalo de tiempo puede conducir a enfermedades en la segunda mitad del embarazo y a cambios definitivos en el fenotipo del adulto


Aunque la morbilidad y mortalidad perinatal y el riesgo de enfermedades no transmisibles se relacionan principalmente con complicaciones diagnosticadas durante la segunda parte del embarazo (trastornos hipertensivos, restricción del crecimiento intrauterino, parto prematuro), también es evidente que estas afecciones realmente se originan durante las primeras etapa del embarazo e incluso antes, indicando la importancia implícita del desarrollo de gametos, placenta y embriones.



ADAPTACIONES INMUNES Y CARDIOVASCULARES


Las adaptaciones inmunes y cardiovasculares de la madre, incluida la decidualización temprana del endometrio, la posterior implantación e invasión del trofoblasto y la transformación de la circulación uterina en vasos de baja resistencia, son todos eventos periconcepcionales necesarios para el desarrollo placentario exitoso, con efectos a corto y largo plazo durante y después de  la segunda mitad del embarazo. 


Todos estos procesos están orquestados por varias moléculas y proteasas placentarias, incluidos los factores de crecimiento endotelial y placentario (factor de crecimiento endotelial vascular [VEGF], factor de crecimiento placentario [PlGF]) y mediadores vasoactivos (p. Ej., Óxido nítrico, factor de crecimiento transformante [TGF] ] -ß y prostaciclina endotelial). Junto con la disminución de la reactividad vascular sistémica a la angiotensina II y la noradrenalina, estos eventos locales tempranos junto con la liberación sistémica de mediadores placentarios conducen a la vasodilatación periférica y la caída de las resistencias vasculares sistémicas, llevando a que la presión sistólica y diastólica disminuya a su nivel más bajo entre las 24–26 semanas. 


La expansión del volumen sanguíneo, que comienza alrededor de las 12 semanas de gestación, representa un cambio cardinal para apoyar las crecientes solicitudes metabólicas de la unidad fetoplacentaria y proteger a la madre contra la hipotensión y la pérdida de sangre posparto. Esta expansión plasmática supera el incremento de los componentes celulares, con la consiguiente hemodilución y anemia gestacional fisiológica, perfusión uteroplacentaria adecuada y conduciendo a un menor trabajo cardíaco. 


Esta hipervolemia es el resultado de diferentes mecanismos mediados por la estimulación estrogénica, incluida la activación del eje renina-angiotensina, niveles más altos de aldosterona y reducción del péptido natriurético auricular. 


Se sabe que la expansión del volumen plasmático es menor en embarazos complicados por hipertensión, preeclampsia y restricción del crecimiento fetal, aunque no está claro si estas mujeres ya tienen un volumen menor antes del embarazo o si esto es consecuencia de una mala adaptación hemodinámica.


Por otro lado, la disminución de las resistencia vascular periférica aumenta la frecuencia cardíaca, por activación del sistema nervioso simpático. 


La elevación del gasto cardíaco del embarazo es causado por el incremento de precarga (expansión del volumen sanguíneo), la reducción de la poscarga (caída de las resistencias vasculares periféricas) y el aumento de la frecuencia cardíaca materna. 


La fracción de eyección permanece constante, lo que representa un marcador confiable de la función ventricular izquierda.


Los embarazos complicados por trastornos hipertensivos y la restricción del crecimiento fetal generalmente muestran una adaptación hemodinámica disfuncional: bajo gasto cardíaco y alta resistencia vascular total. Además, el aumento de la poscarga de condiciones hipertensivas conduce a una remodelación ventricular izquierda compensatoria, necesaria para reducir el estrés de la pared y equilibrar la demanda y el suministro de oxígeno al miocardio. 


Es claro que si el primer paso periconcepcional de la invasión adecuada del trofoblasto y la remodelación de la arteria espiral no logra construir una circulación placentaria adecuada, la placenta isquémica resultante y el estrés oxidativo local conducen a un endotelio sistémico disfuncional, mayor liberación de factores antiangiogénicos (sFlt-1, endoglina) y citocinas proinflamatorias (factor de necrosis tumoral [TNF] -α), que finalmente provocan inadaptación cardiovascular, trastornos hipertensivos y restricción del crecimiento fetal manifestados en la segunda mitad del embarazo.



CAMBIOS METABÓLICOS 


El período periconcepcional representa el punto de partida de todas las adaptaciones metabólicas que conducen al desarrollo placentario adecuado para la entrega adecuada de nutrientes y el crecimiento fetal normal prenatal. La primera mitad del embarazo se caracteriza fisiológicamente por procesos anabólicos destinados a almacenar energía en el tejido adiposo materno. En este período y bajo el efecto directo de las hormonas relacionadas con el embarazo que aumentan tanto la liberación de insulina como la sensibilidad celular a esta (estrógenos, progesterona,el lactógeno placentario y la hormona del crecimiento), también hace que se aumente progresivamente la  sensación hambre y procesos lipogénicos. 


En cambio la segunda mitad del embarazo se vuelve un estado catabólico esencial para aumentar la entrega de nutrientes al feto en crecimiento. En este contexto, la resistencia a la insulina materna representa el mecanismo fisiológico clave que conduce a la producción incrementada de glucosa endógena, a la actividad lipolítica, y finalmente al aumento de la entrega de glucosa materna y ácido graso libre (FFA) a la unidad fetoplacentaria.


Los trastornos en las adaptaciones metabólicas pueden conducir a resistencia patológica a la insulina, hiperglucemia crónica e hiperinsulinemia que caracterizan la diabetes mellitus gestacional (DMG). 


Como síndrome multifactorial, la DMG se caracteriza por una disfunción de las células ß que produce una producción excesiva de insulina y resistencia periférica a la insulina, lo que conduce a una reducción de la captación de glucosa, la diferenciación de adipocitos y la expresión génica de los reguladores de señalización de insulina.


El tejido adiposo materno, como órgano endocrino junto con la placenta, representa el principal mediador de las adaptaciones metabólicas anormales tempranas, con efectos sobre las vías metabólicas, vasculares e inflamatorias que eventualmente configuran varios resultados obstétricos adversos en el contexto de la obesidad materna, incluida la DMG y trastornos hipertensivos. 


En las embarazadas obesas, se incrementan los cambios en el perfil de los lípidos maternos, aumentan los triglicéridos y disminuyen las concentraciones de lipoproteínas de alta densidad, y se estimula la expresión placentaria de proteínas de unión a ácidos grasos, esto conducirá a una mayor entrega de nutrientes al feto con el sobrecrecimiento prenatal resultante. Además, se interrumpe la biomagnificación de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, lo que conduce a una menor disponibilidad de ácido araquidónico y DHA ( ácido docosahexaenoico) para el feto,  este último por ejemplo es un ácido graso altamente insaturado (posee 6 dobles enlaces) y que pertenece a la serie o familia de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena muy larga (superiores a 18 carbonos), las funciones biológicas y los requerimientos nutricionales de este ácido graso han llamado poderosamente la atención en los últimos años, debido al particular rol que tiene el DHA en el desarrollo y función del sistema nervioso y en el órgano visual en el feto y el recién nacido.  La deficiencia de DHA provoca mayor riesgo de enfermedades crónicas durante la vida posnatal.



NUTRICIÓN Y VIDA SALUDABLE


El estilo de vida materno poco saludable y los factores nutricionales deficientes se constituyen en factores de riesgo modificables que afectan las adaptaciones maternas tempranas y conducen a la placentación anormal, provocando efectos adversos del embarazo y enfermedades crónicas en la vida futura del bebé.


En este contexto, el tabaquismo materno periconcepcional se asocia significativamente con la restricción del crecimiento intrauterino y el parto prematuro, probablemente como consecuencia de la hipoxia, el estrés oxidativo excesivo y el papel pro angiogénico de la nicotina, que eventualmente altera la vasculogénesis placentaria temprana, el desarrollo velloso y función. Incluso la desnutrición materna cualitativa o cuantitativa impacta negativamente en varias vías de desarrollo embrionario y placentario.


La administración de suplementos de ácido fólico periconcepcional y la adherencia a una dieta mediterránea se han asociado con mejores índices de  Doppler uteroplacentarios durante la segunda mitad del embarazo y mejor peso placentario. 


Estas asociaciones se explican principalmente por la ingesta alterada de nutrientes que actúan como cofactores en el metabolismo del carbono durante el período de periconcepción. Esta vía es esencial para la biosíntesis celular y la reparación y metilación del ADN, y cualquier alteración da como resultado una abrumadora oxidación, inflamación, apoptosis y metilación produciendo una cromatina anormal. 


En este contexto, los primeros trastornos de un carbono, demostrados por el aumento de la homocisteína total del plasma materno y la disminución de las concentraciones de folato de glóbulos rojos y vitamina B12 en suero, se han relacionado con resultados de disminución del crecimiento embrionario y transtornos de su desarrollo morfológico, mayor incidencia de anomalías congénitas y placentación anormal, con altos índices de insuficiencia placentaria en la segunda mitad del embarazo. Todos estos eventos finalmente conducen a un mayor riesgo de trastornos hipertensivos, restricción del crecimiento intrauterino y parto prematuro, con efectos cardiovasculares y metabólicos en la vida infantil y adulta. 


Otro logro crucial de las recientes investigaciones: aunque el resultado reproductivo del período periconcepcional (p. ej., fertilidad, aborto espontáneo, malformaciones congénitas) es universalmente conocido por estar fuertemente asociado con el ambiente materno y sus hábitos (suplementos de ácido fólico, hábito de fumar, consumo de alcohol), ahora se han detectado fuertes asociaciones entre la nutrición materna, el estilo de vida y el crecimiento embrionario del primer trimestre, contradiciendo la  idea de que el desarrollo embrionario es independiente de los estímulos externos y es constante en cada mujer y en cada embarazo.


Además, el deterioro del crecimiento embrionario del primer trimestre se ha asociado con un mayor riesgo de resultados adversos del embarazo y enfermedades no transmisibles en la edad adulta, lo que subraya aún más la importancia de la atención periconcepcional y las intervenciones tempranas.



PAPEL PLACENTARIO


La placenta es un órgano único que representa un vínculo indispensable entre la madre y el feto. Todavía no se sabe cómo la placenta humana y el feto pueden conducir a la adaptación materna al embarazo. Recientemente, a la liberación de vesículas de membrana se le ha dado un papel crucial como un mediador importante de la comunicación intercelular. 


Con respecto al embarazo, varios estudios mostraron que la placenta puede liberar vesículas extracelulares en la circulación materna a las 6 semanas de gestación.  Las vesículas circulantes, clasificadas como microvesículas y exosomas, contienen moléculas de señalización (ARN y proteínas) que son representativas del origen placentario. Debido a la capacidad de transferir sus contenidos a células diana específicas, los exosomas placentarios finalmente pueden modular la función biológica del tejido diana que conduce a la adaptación materna (mala) durante el embarazo. 


En embarazos normales, exosomas embrionarios y placentarios inducen inmunotolerancia materna al mejorar la apoptosis de células T y reducir las células T efectora. Además, los exosomas liberados de los tejidos metabólicamente activos, incluida la placenta, finalmente podrían iniciar la reprogramación metabólica en el tejido objetivo final. Esto representa una plataforma potencial para modificaciones metabólicas maternas que eventualmente conducen a la enfermedad si se interrumpe (por ejemplo, diabetes mellitus gestacional).





Aunque los exosomas se producen constitutivamente a partir de células, las condiciones patológicas y el microambiente de la célula placentaria parental (por ejemplo, hipóxica o lipogénica) pueden modular la biogénesis del exosoma, el contenido de la molécula y la liberación. Además, se ha detectado una fuerte asociación entre la concentración de exosomas placentarios en la sangre materna y la incidencia de complicaciones del embarazo, como diabetes mellitus gestacional o preeclampsia. 


Como la mayoría de las complicaciones del embarazo parecen originarse desde las primeras etapas del embarazo, durante el período periconcepcional, y luego se hacen evidentes solo en la segunda mitad del embarazo, cuando generalmente no hay o hay pocas terapias, excepto el parto, hay un creciente número de estudios centrados en la investigación de marcadores tempranos de disfunción embrio-placentaria, para desarrollar estrategias de prevención exitosas. 


Las modificaciones tempranas en el perfil de biomarcadores derivados de la placenta podrían representar un instrumento útil para identificar la mala adaptación temprana en mujeres asintomáticas y pacientes con riesgo de complicaciones del embarazo.



RESUMEN

El período periconcepcional es fundamental para un embarazo saludable. Las adaptaciones maternas comienzan en la concepción y determinan los cambios que conducen al desarrollo apropiado de la placenta y a la disponibilidad de nutrientes para el feto. Cuando estos cambios son inadecuados los resultados son trastornos en el feto, el infante y el adulto.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Un enfoque a la revisión de la patología de la placenta


Resumen y traducción por Jaime Barrios Nassi MD ESP GINECO OBSTETRICIA -  EPIDEMIOLOGÍA - GERENCIA - 2020

Un enfoque a la patología placentaria - 2018


 T. Yee Khong, Eoghan E. Mooney, Sanne J. Gordijn, Terry K. Morgan y Peter G. J. Nikkels 


 El primer relato histórico del estudio de la placenta fue publicado por Boyd y Hamilton [1].  La placenta lleva el nombre de su forma, que se asemeja a un pastel plano, a una placa, de la palabra griega plakoús. Mossman la describió anatómicamente como una aposición de tejidos fetales y maternos con función fisiológica de intercambio.  De vida útil limitada,  dura solo el embarazo.


 1.1 Razones para examinar la placenta

 La patología placentaria proporciona una autopsia del embarazo.  Hay muchas razones para un examen patológico de la placenta, la principal de las cuales es explicar los resultados del embarazo.  

La información de dicho examen puede tener implicaciones importantes para el manejo de embarazos posteriores, además de ofrecer una comprensión de la fisiopatología de cualquier resultado adverso del índice de embarazo.  

Sin embargo, no es práctico realizar un examen patológico de cada placenta y, en la mayoría de las instituciones, solo los embarazos complicados conducen a su estudio patológico, produciendo un déficit en el conocimiento y caracterización completa de las placentas "normales".  

Las indicaciones para el examen patológico se pueden dividir en términos generales en: 1. materno, 2.fetal / neonatal y 3. placentario.

Hay otras razones para investigar la placenta.  Con contribuciones genómicas paternas y maternas, es un tejido semi-alogénico que debe evadir parcialmente el sistema inmunitario materno.  En los embarazos de donantes de óvulos, o subrogados, es totalmente alogénico, pero con fetos saludable, lo que indicaría su valor en estudiar  las implicaciones de esto en los trasplantes de órganos sólidos [2, 3].  

La proliferación controlada, la migración y la infiltración de células trofoblásticas, que se derivan desde el trofoblásto y desde las puntas de las vellosidades de anclaje, hasta la decidua materna y el miometrio superficial y especialmente en las arterias de estas estructuras, son un evento necesario para una placentación exitosa;  la placenta puede también generar metástasis de sincitiotrofoblasto a los pulmones maternos.  Lo que serviría en estudios del cancer.[4, 5].

 Las influencias placentarias no se limitan a la duración del embarazo.  Cada vez más, los epidemiólogos están interesados ​​en estudiar la placenta e investigar cómo afecta el bienestar a largo plazo tanto de la madre como de su hijo.  Se cree que la llamada "programación del desarrollo" de la organogénesis fetal y la función cardiovascular materna conduce a una variedad de enfermedades en los adultos [6].

 También existe un imperativo médico-legal para examinar la placenta.  Como "diario de embarazo", puede revelar respuestas que de otra manera no se podrían recuperar.  En casos de causa desconocida de resultados adversos, especialmente neurológicos, la placenta puede ayudar a explicar el estado del entorno intrauterino y sus consecuencias [7].  

El aumento de la prevalencia de anormalidades placentarias y del cordón en niños posteriormente diagnosticados con parálisis cerebral subraya la importancia de solicitar histología placentaria en todos los casos en que el bebé se entrega en mal estado [8].


1.2 Desafío diagnóstico

 Hasta hace poco, la placenta es poco revisada en patología y de los  tejidos menos descritos.  Dado que la patología placentaria proporciona información sobre el embarazo, generalmente su estudio no afecta directamente el manejo de la paciente, pero esperamos que esto mejore, y mejore nuestra comprensión de la fisiopatología subyacente para muchas complicaciones del embarazo, incluidos los grandes síndromes obstétricos más comunes (parto prematuro, preeclampsia, restricción del crecimiento fetal y muerte fetal).  

El informe de patología en el manejo del paciente es deficiente  [9], y los patólogos a menudo están insuficientemente preparados para reconocer patrones clínicamente significativos [10].

 Las razones por las cuales la placenta se percibe como un órgano difícil de examinar y para proporcionar un informe patológico no están claras. 

 Pueden estar relacionados con el propio órgano, con los contextos clínicos y con el patólogo (tabla 1.1).

Tabla 1.1 Posibles motivos de dificultad en el examen de la placenta

La placenta es un órgano que se desarrolla en el transcurso del embarazo y sus características macroscópicas y macroscópicas cambian durante ese período de tiempo.  Es importante reconocer estas diferencias para no malinterpretar los hallazgos.  Los contextos clínicos también son importantes: los embarazos con un resultado adverso pueden tener placentas muy normales y, por el contrario, las placentas anormales pueden no estar asociadas con ninguna complicación prenatal o postnatal materna o neonatal.  

Se pueden ver varias características con una condición clínica, mientras que la misma característica se puede ver en varias condiciones o contextos clínicos.  La importancia clínica de las lesiones identificadas puede depender también de la ubicación de las lesiones o de su tamaño en relación con el tamaño de la placenta.

 La reproducibilidad entre observadores entre patólogos perinatales / placentarios y entre ellos y otros patólogos anatómicos puede ser pobre.  Si bien la falta de estandarización de los criterios de diagnóstico ha sido un problema [10], se puede esperar que los desarrollos recientes [11] mejoren la calidad de los diagnósticos en esta área.


 1.3 Un enfoque para examinar la placenta

 Ningún enfoque para un examen patológico de la placenta es más o menos válido que otro, aunque los resultados y la comparabilidad de los estudios se basan en un enfoque estandarizado para el muestreo y el examen.  A diferencia de otros tejidos y órganos donde su examen generalmente dará como resultado un único diagnóstico,

 El examen placentario a menudo no da como resultado un diagnóstico único.  Más a menudo, es necesaria una síntesis de los diversos hallazgos en las diferentes partes de la placenta, a saber, cordón umbilical, membranas, placa coriónica, parénquima placentario y superficie materna / placa basal, para llegar a una opinión o diagnóstico.  
(Figs. 1.1 y 1.2).



 Fig. 1.1
 Características o lesiones en las membranas extraplacentarias y el cordón umbilical.  




Fig. 1.2 Características o lesiones en el disco placentario.  



 Este enfoque topográfico se utiliza para el examen macroscópico e histológico.  Saber qué características o lesiones deben buscarse en los diferentes compartimentos de la placenta debe eliminar razonablemente las omisiones.  

Algunas lesiones patognónicas, como los  depósitos  de fibrina perivillosa, pueden verse en un solo compartimento.  Otros, como la infección del líquido amniótico, pueden tener una característica que se puede distribuir en diferentes compartimentos, mientras que otras lesiones, como la mala perfusión vascular materna, pueden tener diferentes características distribuidas en diferentes compartimentos.

 La información clínica es absolutamente necesaria para interpretar las anormalidades en la placenta.  

Puede proporcionar pistas para buscar lesiones a medida que las lesiones se agrupan con algunas condiciones clínicas [12], pero a menudo falta información clínica en los formularios de solicitud que acompañan a la placenta para el examen de la placenta [13].  

Una evaluación exhaustiva y metódica de la placenta garantizaría que no se pierdan tales lesiones agrupadas, y que las lesiones no relacionadas con la información clínica proporcionada tampoco se pierdan.

 1.4 Significado patológico clínico

 La simple catalogación de los diversos hallazgos placentarios no es en sí misma útil para los médicos.  Lo que es importante para el clínico y para el paciente es qué significan las lesiones para ellos y qué deben hacer al respecto [14].  

Es esencial que los hallazgos placentarios se correlacionen con los datos clínicos.

 La estandarización de los criterios diagnósticos de las lesiones placentarias es un primer paso importante hacia la comunicación efectiva de los hallazgos de los exámenes placentarios a los médicos.  

La falta de nomenclatura internacionalmente aceptada ha llevado a que las lesiones idénticas se llamen de manera diferente, mientras que las variaciones o desviaciones de las características prototípicas de la lesión han llevado al uso de etiquetas más descriptivas.  

Estas etiquetas de diagnóstico pueden ser confusas para los médicos que encuentran que los informes placentarios son difíciles de comprender y difíciles de comprender.  

Incluso donde la lesión se describe claramente para ser entendida, el umbral donde la lesión se vuelve crítica a menudo se desconoce.  Sin embargo, debe recordarse que las correlaciones clínico-patológicas no son estáticas sino que son móviles, y los desarrollos clínicos pueden cambiar el umbral de importancia diagnóstica.  Como ejemplo, la villitis crónica se asoció con ganglios basales y lesión en el tálamo en recién nacidos a término con encefalopatía neonatal hipóxico-isquémica, pero no después de la introducción de hipotermia terapéutica (tabla 1.2) [15, 16].


 La evaluación de la patología placentaria es útil solo si se puede comunicar a los médicos de una manera que sea comprensible y fácil de usar para ellos.  La calidad de los informes de patología placentaria puede ser variable [17].  

Los informes sinópticos o los informes estructurados pueden mejorar la calidad de los informes al garantizar que no se omitan los datos esenciales (explorados más a fondo en el capítulo 57).  

Los obstetras encontraron informes de que clasificar la enfermedad placentaria en procesos patológicos amplios [18] mejoraría la interpretación [19].

 Las implicaciones clínicas de los hallazgos del examen placentario se discuten en los capítulos individuales, pero su síntesis en un informe clínico es crítica (discutida en el cap. 56).  

Como se mencionó anteriormente, los hallazgos placentarios macroscópicos y microscópicos son contextuales y deben colocarse en el contexto del embarazo y de la placenta.  

La estandarización de la nomenclatura será una contribución invaluable, permitirá que se comparen los estudios de prevalencia entre poblaciones y la evaluación comparativa de la contribución placentaria a diversas complicaciones del embarazo.  

Entre paréntesis, la importancia de los hallazgos placentarios puede estar sesgada porque casi todos los estudios se han realizado en poblaciones de conveniencia y no en grandes poblaciones no seleccionadas [20], aparte del gran Estudio Colaborativo Perinatal que desde entonces se han descrito nuevas lesiones placentarias.  

No hay estudios que correlacionen la enfermedad placentaria con el seguimiento a largo plazo y la falta de estudios de cohortes para determinar realmente la probabilidad de recurrencia de las lesiones y sus asociaciones.

No se han realizado estudios que examinen los valores predictivos positivos o negativos de las entidades histopatológicas placentarias individuales.  Gran parte de la literatura actual en patología placentaria se basa en la opinión de expertos y estudios de casos o cohortes [21].  

El desafío ahora es utilizar la nomenclatura estandarizada y los estudios de toda la población para proporcionar evidencia de alto nivel para validar el valor predictivo y pronóstico del examen placentario.
 Es esencial aceptar que existen brechas significativas en el conocimiento entre la instantánea en el tiempo examinado en el momento del parto y la fisiopatología subyacente.  Un hígado cirrótico explantado no explica la causa de la cirrosis más que el corazón en etapa terminal, o la patología renal no explica el efecto de por vida de los factores de riesgo sistémicos.  

Lo mismo es cierto para la placenta y los vasos sanguíneos maternos que alimentan la placenta.  Actualmente, la mayor parte de lo que sabemos proviene del proceso de la enfermedad en etapa terminal o de las muestras de interrupción temprana del embarazo que no están relacionadas con los resultados del embarazo.  

Lo que se necesitan son nuevos enfoques para controlar la salud del útero durante la gestación y relacionar estas métricas con los resultados del embarazo.  

Los enfoques novedosos que utilizan imágenes de resonancia magnética pueden proporcionar información sobre la anatomía y la función placentaria [22], mientras que los perfiles bioquímicos y las proporciones calculadas actúan como sustitutos de la función placentaria [23,24].

 1.5 El futuro
 La próxima generación ya ha desafiado el concepto del microbioma de la placenta como estéril [25], y, aunque puede ser especulativo en esta etapa, la aplicación de esta técnica puede identificar perfiles genómicos, metabólicos, de transcripción y de proteínas.  en diferentes subconjuntos de complicaciones del embarazo.  

Las nuevas tecnologías como la evaluación cuantitativa del flujo sanguíneo uteroplacentario [26] y las biopsias líquidas de la placenta también pueden generar nuevos conocimientos.  

Además, a pesar de las diferencias entre los humanos y los modelos animales de embarazo, este tipo de estudios puede ser valioso para generar hipótesis que luego pueden volver a convertirse en investigación placentaria humana.

 Referencias

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